01:20 h. lunes, 20 de mayo de 2024

Valle Gran Rey: sin barco, sin taxi sin comunicación

JUAN IGNACIO MORA HERNANDEZ | 04 de noviembre de 2012

La situación es grave. Cada vez es mayor el número de establecimientos que cierran sus puertas. La crisis no distingue entre unos negocios y otros, todos caen.

La situación es grave. Cada vez es mayor el número de establecimientos que cierran sus puertas. La crisis no distingue entre unos negocios y otros, todos caen. En Valle Gran Rey tenemos que empezar a pensar en promover proyectos de inversión rentables sin apoyo de fondos e inversiones del Estado porque a juzgar por las partidas para obras públicas, incluidas en los Presupuestos Generales de Estado, incluso obras ya iniciadas como la del Barranco pueden correr el riesgo de no finalizar en tiempo y forma.


Hemos sufrido dos años durísimos desde el punto de vista turístico. A la desaparición prolongada de la arena en las playas se sumaron una serie de obras públicas mal planificadas y pésimamente ejecutadas, además del abandono absoluto de la concejalía de turismo y su labor de promoción turística. A pesar de todo Valle Gran Rey, como un pesado tren en movimiento por inercia, seguía en marcha y cuando ya nos preparábamos para la nueva temporada turística un gravísimo incendio, también mal gestionado en todos los aspectos, truncó nuestras esperanzas para arrastrarnos al fondo de un abismo que por primera vez en veinte años hace pensar que tal vez la “gallina de los huevos de oro” puede dejar de ponerlos.

Esta situación se empeora aún más por el hecho, claro y grave, que las administraciones públicas nacionales, regionales y locales se zancadillean unas a otras obstaculizando cualquier posibilidad de entendimiento y cooperación. Canarias sufre la marginación del Estado igual que las islas mal llamadas “menores” hemos sufrido el abandono del Gobierno de Canarias.
A nadie parece importar el hundimiento de un pueblo y de una isla mientras de ello se pueda obtener algún beneficio electoral o económico, en este panorama político del todo vale.

A los problemas de conectividad que ya teníamos se suma ahora el del sector del taxi. Un problema grave que afecta a todos los establecimientos turísticos de Valle Gran Rey y el resto de municipios excepto a San Sebastián que ha mostrado una absoluta falta de solidaridad con nuestras empresas al impedir el desarrollo de los transfers en tanto en cuanto el Cabildo, única autoridad competente en la materia, no declare el puerto y aeropuerto como Zonas Sensibles.

Mientras nuestros taxistas no puedan desarrollar estos servicios, aunque sea de una forma regulada como la que ha propuesto el Cabildo de Tenerife, tendremos que ver, indignados, a nuestros turistas, maltratados después de un duro viaje, esperar, durante más de dos horas, a que un taxi de La Villa regrese de un servicio para regresar nuevamente a Valle Gran Rey, con lo que, por la avaricia de unos y la desidia de otros, todos, en la isla, vamos a perder clientes

Qué pasará cuando uno de estos taxistas, agotado después de 4 horas al volante, tenga un accidente, qué pasará cuando, cansados de dificultades y de un constante maltrato, nuestros turistas decidan dejar de venir a Valle Gran Rey. Acaso alguien puede pensar que un turista que ha pasado sus vacaciones durante años en Valle Gran Rey, volverá a La Gomera para alojarse en San Sebastián o en otro sitio que no sea este. Es posible que alguien no entienda que sin Valle Gran Rey La Gomera no tiene futuro y que la muerte de este destino supondría un serio problema para la economía insular.

Un turista que no viene a Valle Gran Rey, no va de excursión, ni visita museos ni Centros de Visitantes, ni restaurantes en ninguna otra parte de la isla. Un turista que no viene a Valle Gran Rey supone pérdidas para los negocios que terminarán cerrando y por tanto dejarán de pagar impuestos.

El abandono institucional hacia Valle Gran Rey puede tener consecuencias económicas incalculables para La Gomera y prolongar esta situación durante dos años más, por mero desgaste político, supondrá una crisis turística de tal magnitud que las consecuencias se prolongarán durante décadas.

Se tarda muchos años en fidelizar a un cliente y sólo un viaje en perderlo y más aún cuando ese viaje dura un día. Un día de ida y otro de vuelta supone para el visitante perder casi el 20% de sus vacaciones viajando y preguntándose por qué. ¿Por qué seguir viajando a un lugar donde cada vez me resulta más difícil llegar? ¿Por qué?

https://www.facebook.com/valle.granrey.5
Autores de opinión
Facebook