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Presupuestos: lo bueno, lo malo y lo peor

| 27 de septiembre de 2011

Lo bueno: el Gobierno sube impuestos y, para variar, ésta vez no será el ciudadano medio quien pague la factura.

Lo bueno: el Gobierno sube impuestos y, para variar, ésta vez no será el ciudadano medio quien pague la factura. Mariano Rajoy prorroga otro año más el impuesto de Patrimonio –ese que tanto criticó hace poco más de un año–, grava los premios de la lotería y recorta las deducciones a las grandes empresas por amortizaciones. Esta última medida no es menor: según sus cuentas, hablamos de 2.371 millones en dos años, que ayudarán a evitar una de las tomaduras de pelo más insultantes de estos años de la crisis: que las personas jurídicas paguen una miseria sobre sus beneficios – el 11,6% de media el año pasado– mientras se exprime a las personas físicas, especialmente si son trabajadores por cuenta ajena.

Lo malo: que prácticamente todas las partidas públicas se recortan mientras el aumento en el pago de intereses se come todo el esfuerzo y deja en inútil la sangría. Es otra vez la evidencia de lo inútil que resulta la política de austeridad: una pelea imposible de ganar contra los mercados mientras no exista un Banco de Central digno de tal nombre que proteja nuestra economía. España tiene menos deuda y menos déficit que Reino Unido, pero paga muchos más intereses. ¿La causa? Que en el Banco de Inglaterra ha dejado muy claro que con las cosas de comer no se juega.

Lo peor: que estos Presupuestos Generales del Estado presentados ayer en larga rueda de prensa son papel mojado. Que la letra pequeña vendrá después, este sábado, y los grandes recortes aún más tarde, después de las gallegas donde el PP se la juega. Que las cifras no cuadran, que son muy optimistas, que el déficit no se va a cumplir este año, que los ingresos que planifica el Gobierno son tan poco de fiar como la palabra de Mariano. Que si yo fuera jubilado estaría hoy escamado con la verdadera voluntad –y capacidad– del Gobierno para mantener el poder adquisitivo de las pensiones.

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